LE PIDO EL WI-FI AL VECINO Y ME DA VERGA POR TODOS LADOS HASTA LLENARME DE LECHE KeilaBassi
Duración: 14:53
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Agregado: 2 semanas atrás
Descripción:
Llamé a la puerta de mi vecino, necesitando la contraseña del Wi-Fi. Al abrir, me encontré con un hombre atractivo y seguro de sí mismo. Con una sonrisa, me invitó a pasar, pero en lugar de darme la contraseña, me llevó a su sala de estar. "¿Por qué no te relajas un poco primero?" sugirió, con un brillo travieso en sus ojos.
Antes de que pudiera responder, me besó apasionadamente, sus manos explorando mi cuerpo con destreza. Me llevó al sofá, donde me recostó suavemente, levantando mi falda y bajando mis bragas. Con movimientos rápidos, liberó su erección y, sin dudar, me penetró profundamente, llenándome completamente. Mis gemidos de placer llenaron la habitación mientras comenzábamos a movernos rítmicamente.
Su pene, duro y cálido, se movía dentro de mí con una intensidad que me dejaba sin aliento. Con cada empuje, sentía cómo el placer crecía, mi cuerpo respondiendo a cada uno de sus movimientos. Me giró, colocándome a cuatro patas, y desde atrás, me penetró con una fuerza que me hizo gritar de satisfacción. Sus manos agarraron mis caderas, guiándome al ritmo que él necesitaba.
Aumentó el ritmo, sus embestidas cada vez más intensas y profundas. Mis gemidos se convirtieron en gritos de éxtasis mientras me llenaba por completo. Finalmente, con un último y profundo empuje, alcanzó el orgasmo, gritando de satisfacción mientras su semen caliente llenaba mi interior, creando un creampie perfecto. Exhaustos y satisfechos, nos quedamos abrazados, disfrutando de la cercanía y la intensidad de nuestro encuentro.
KeilaBassi
Antes de que pudiera responder, me besó apasionadamente, sus manos explorando mi cuerpo con destreza. Me llevó al sofá, donde me recostó suavemente, levantando mi falda y bajando mis bragas. Con movimientos rápidos, liberó su erección y, sin dudar, me penetró profundamente, llenándome completamente. Mis gemidos de placer llenaron la habitación mientras comenzábamos a movernos rítmicamente.
Su pene, duro y cálido, se movía dentro de mí con una intensidad que me dejaba sin aliento. Con cada empuje, sentía cómo el placer crecía, mi cuerpo respondiendo a cada uno de sus movimientos. Me giró, colocándome a cuatro patas, y desde atrás, me penetró con una fuerza que me hizo gritar de satisfacción. Sus manos agarraron mis caderas, guiándome al ritmo que él necesitaba.
Aumentó el ritmo, sus embestidas cada vez más intensas y profundas. Mis gemidos se convirtieron en gritos de éxtasis mientras me llenaba por completo. Finalmente, con un último y profundo empuje, alcanzó el orgasmo, gritando de satisfacción mientras su semen caliente llenaba mi interior, creando un creampie perfecto. Exhaustos y satisfechos, nos quedamos abrazados, disfrutando de la cercanía y la intensidad de nuestro encuentro.
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